Todo el mundo ha oído hablar de los Arzak, Arguiñano, Ferran Adrià, Carme Ruscalleda, Quique Dacosta, Ricard Camarena, los hermanos Roca… Son los nombres que, por una u otra razón, han puesto la cocina española en un lugar destacado del panorama gastronómico internacional. La crítica ha sabido reconocerlos, como demuestran las Estrellas Michelín con las que cuentan; pero para alcanzar la cima de la cocina hace falta talento, trabajo y especialización en sus dosis adecuadas.

Trabajo y dedicación

Seguramente, el talento sea el único requisito que no podemos controlar. El talento para la cocina se tiene o no se tiene, igual que pasa con la música o con el deporte; otra cosa es saber aprovecharlo. Para sacar ese talento oculto que tenemos entre fogones es importante moldearlo, trabajarlo bien día a día. Por eso es importante conocer platos y recetas diferentes y no tener miedo a innovar, a cambiar unos ingredientes por otros, añadir especias para darle un toque personal o darle un giro de 180º.
Y así, en el día a día, llegamos al trabajo, la segunda clave para convertirse en un gran cocinero. Ferran Adrià, para muchos el mejor chef del mundo, explica que no se dio cuenta de que quería ser cocinero hasta que conoció el oficio, y que fue el trabajo diario en la cocina lo que aumentó su interés hasta convertirlo en su gran pasión. Una parte muy importante dentro de este apartado es la formación, que nos ayudará a conocer las mejores técnicas para preparar platos, como manipular los alimentos sin que pierdan sus propiedades o a confeccionar un menú.

Cursos de cocina

La formación en cocina también juega un papel importante en el tercer punto clave que hemos destacado para convertirse en un buen cocinero, la especialización. Hay cocineros especializados en determinados platos o productos, como arroces, postres, pescados… o en técnicas de cocina concreta. El mejor ejemplo de especialización lo encontramos en los hermanos Roca: Joan se encarga de los platos, Jordi de los postres y Josep es el sommelier del restaurante. Y a juzgar por los reconocimientos que han recibido, no les va nada mal.
Todos los grandes cocineros han sido antes aprendices en las cocinas más destacadas, y aunque siempre habrá algún chef autodidacta la relación con otros cocineros y el compartir experiencias y conocimientos han sido aspectos clave para llegar a la cima. Dicen que no hay nada más gratificante que cocinar enseñando, pero también es verdad que en la cocina no debemos poner ningún límite a nuestra imaginación.
Foto: condesign

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